Cuando el probador de software Rik Walker salió volando de su motocicleta y se estrelló con el hombro contra un poste de la luz, su mano derecha (y gran parte del brazo) quedó paralizada. Vivió así la mayor parte de 15 años antes de tomar lo que fue, en sus propias palabras, ‘la mejor decisión de su vida’ cuando eligió que le amputaran la mano.

Cuando se colocó por primera vez a Rik su TASKA Hand, indudablemente hubo que hacer algunos ajustes importantes; después de todo, había pasado una década y media usando solo un brazo. ¡Pero, en tan sólo dos o tres semanas, los movimientos se volvieron intuitivos y su vida ha mejorado muchísimo!

«Siempre había sido muy consciente de mi brazo», dice Rik, «y me causaba ansiedad si tenía que interactuar con otras personas. Pero eso quedó atrás. Ahora, noto que la gente ya no se siente incómoda al tratar mi discapacidad, y en cambio se quedan fascinados por la tecnología».

El impacto de la TASKA Hand ha sido significativo, cambiando cada aspecto de la vida de Rik. «Incluso me siento mejor padre», afirma. «Ahora, soy como todos los demás padres... ¡tal vez incluso un poco más ‘guay’, porque soy el único que tiene un brazo biónico!»

En lo que se refiere a la vida diaria, las cosas no podrían ser más normales. «Sinceramente, ya ni siquiera pienso en todas esas pequeñas tareas del día a día, sólo las hago. Ayudo en casa, preparo la cena para la familia, e incluso desempeñé un papel clave en la reforma de nuestra casa. ¡La llegada de la TASKA Hand a mi vida ha sido una experiencia que me ha dado autonomía y ha reforzado mi autoestima!».